
Luego de haber sido capturados en flagrancia, generar revuelo en el país y recibir el apoyo jurídico del club Once Caldas, los jugadores de este equipo se declararon inocentes en la audiencia de imputación de cargos realizada la mañana de este martes.
En la audiencia ante un juzgado de control de garantías, la delegada de la fiscalía narró los hechos. Según la narración, todo empezó el 2 de abril, cuando uno de los jugadores se habría encontrado el celular de Juliana Echeverry Mesa, la estudiante víctima, en una discoteca.
Señaló la delegada de la Fiscalía que, días después, la joven mujer recibió una llamada de un hombre en la que preguntaba cuánta plata le daba por devolvérselo. Ella respondió que solo tenía 100.000 pesos para dar, y que si mucho tenía 200.000 pesos. Sin embargo, le exigieron 500.000 pesos porque tenía que repartirse el dinero con otra gente.
Luego de ello, la mujer empezó a escuchar otras voces en las llamadas. Eran voces de los otros dos hombres implicados y con los que habría intentado negociar su Iphone, teniendo de por medio la amenaza de que sería vendido por partes, pues así ellos le sacarían más plata, y luego se irían de la ciudad.
La captura en flagrancia
El 9 de abril en la noche, día en que fueron capturados los jóvenes futbolistas, la víctima ya había denunciado ante el Gaula de la Policía y se le sugirió encontrarse con los implicados en el sector de El Cable, donde estarían unos agentes ocultos.
Al lugar llegaron dos de ellos vestidos con buso rojo, quienes supuestamente vigilaban que no pasara nada. Minutos después, el tercer hombre, vestido de buso negro, se acercó, le dio el Iphone y recibió los 400.000 pesos por parte de Juliana, monto que había quedado fijado tras las llamadas de negociación.
Al tener el dinero en su poder, se dieron las capturas en flagrancia. De inmediato empezó el proceso judicial por los cargos de extorsión en modalidad de tentativa, lo cual les daría una pena cercana a los ocho años de cárcel y una multa por 400 salarios mínimos mensuales vigentes.
Después de esta narración de los hechos, la jueza cedió la palabra a los señalados para que respondieran si se acogían o no a los cargos. Los tres jugadores del Once Caldas dieron respuesta negativa.

Posteriormente, cuando inició la audiencia de solicitud de medida de aseguramiento, la fiscal explicó que no pedirá que los jóvenes sean enviados a la cárcel. Según la acusadora, “si bien el daño es grave, no se cumplen los requisitos para una medida de carácter privativo de la libertad”. Esto se argumenta en que estas personas habrían cometido el delito de manera primaria, sin representar peligro para la sociedad.